Preparación

1. * El cremor tártaro se puede comprar en Farmacias y en tiendas especializadas de pastelería. Se usa como estabalizante y para que la masa quede todavía más blanca.
   
2. Con una batidora eléctrica se baten las claras hasta conseguir que estén espumosas, durante aproximadamente un minuto. Después se añade la sal, el cremor tártaro, el zumo de limón y la esencia de vainilla y se sigue batiendo hasta que se forman picos suaves. Sin dejar de batir se añade parte del azúcar, 200 gramos, el resto se reserva. Se sigue batiendo durante unos dos minutos.
   
3. Mientras tanto, se tamiza la harina con el resto del azúcar, y para conseguir que quede bien aireado, se tamiza dos veces.
   
4. Cuando el merengue está firme y forma picos suaves, se pasa a un bol. y se añade la mezcla de harina y azúcar en tres tandas. Primero se añade un tercio, espolvoreándola sobre el merengue, y se integra con movimientos envolventes. A continuación se añade otro tercio, y cuando este está integrado, se añade el resto, procurando que no se baje.
   
5. Se pasa la masa al molde. El molde para este tipo de bizcochos es un molde de aluminio con chimenea y patitas, que son importantes para cuando se saca del horno. El que he utilizado tiene 25 cm de diámetro. Este molde no se engrasa.
   
6. Con ayuda de una pala de pastelería se eliminan las posibles burbujas de aires, pasándola suavemente, como puedes ver en el video. Se alisa la superficie y se hornea a 170º durante unos 45 minutos, o hasta que el robador de pasteles salga limpio.
   
7. Cuando se saca del horno, se deja enfriar boca abajo, para que no se baje. Si no tienes molde de patitas, puedes dejar el molde sobre algún soporte, de modo que pueda circular el aire. Cuando está frío, se pasa un cuchillo por los bordes y se desmolda. Se sirve espolvoreado con azúcar glass.