Preparación

1. Para hacer la masa, se bate la mantequilla en un bol con el azúcar glass y el azúcar moreno, hasta conseguir una masa suave y homogénea. La mantequilla debe estar a temperatura ambiente, blandita. Yo lo he hecho a mano, pero se puede hacer con una batidora manual o un robot de cocina. Se añade el huevo batido ligeramente, y también la vainilla.
   
2. Se tamiza la harina y se mezcla con el bicarbonato y se añade a la masa. Se mueve al principio con una pala o un tenedor y luego se amasa con la mano. Se trabaja hasta conseguir una masa que queda blandita, y que resulta muy fácil de trabajar. Debe quedar con la consistencia de una plastilina blandita. Si queda demasiado blanda, se refrigera un rato, para poder trabajar bien con los sellos.
   
3. Para formar las galletas se hace una bola del tamaño de una nuez. Se coloca sobre la bandeja de hornear cubierta de papel de horno, se aplasta un poco con la mano y luego se presiona sobre ella con el sello.
   
4. No importa si sobresale un poco de masa. Se despega el sello con cuidado una vez marcada la galleta y se recorta con un cortador de galletas.
   
5. Cuando se ha completado al bandeja, se reserva en el frigorífico durante al menos una media hora. Para que conserve bien la forma, es importante que entren en el horno bien frías.
   
6. Finalmente se hornean a 180º durante unos 25 o 20 minutos, o hasta que están doradas. Se sacan del horno y se dejan enfriar sobre una rejilla