Preparación

1. Se pone a cocer la patata troceada en una cacerola con agua. Cuando está tierna, se saca del agua y se hace con ellas un puré fino, al que se le añade la mantequilla, se deja entibiar y se reserva. El agua no se tira, es la que se utiliza para hacer el pan
   
2. Mientras se enfría el puré, en un bol se mezcla la harina con la levadura, la leche en polvo, la sal y el azúcar, se hace un volcán para poner en el centro el agua, y se amasa hasta conseguir integrar todos los ingredientes. Cuando ya la masa está elástica y se han formado las cadenas de gluten, se incorpora el puré de patata con la mantequilla y cuando la masa está homogénea, se añaden los copos de avena. Se bolea la masa y se deja reposar en un bol cubierto con film de cocina en un lugar cálido hasta que doble el volumen.
   
3. Yo he amasado en la KitchenAid, con el gancho de panadero a velocidad 3 durante unos 5 minutos. Pasado este tiempo, he añadido la patata reservada, y cuando estaba integrada, los copos de avena. Una vez que la masa se ha vuelto elástica, se deja reposar en un bol, cubierta con film de cocina, en un lugar cálido hasta que doble el volumen
   
4. Esta masa sube muy bien, o en mi cocina había una temperatura adecuada. Lo cierto es que en una hora había doblado el volumen.
   
5. Ese es el momento de desgasificar, moviendo de nuevo la masa para que pierda los gases de la fermentación. Sale un pan muy grande, de modo que se puede dividir la masa y hacer dos o tres panes. Yo opté por dar forma de barra rústica, y con un poco de harina en la superficie, la dejé cubierta con un trapo de algodón hasta que dobló de nuevo el volumen. Después del segundo levado se le pueden hacer unos cortes con un cutex de panadero
   
6. Se calienta el horno a 210º. Cuando se mete el pan, en la bandeja de abajo se pone un poco de agua caliente, para que de inmediato haga vapor, y de este modo la corteza quede crujiente. A los diez minutos, se baja la temperatura a 190º, y se deja hasta que el pan queda dorado